¡Si yo no pido tanto!
Amor es lo que pido.
Briznas de amor para esta sed del mundo,
tan grande y tan sumisa.
Un diminuto amor, pero constante,
que dé su mano al que su mano tienda,
que limpie las miradas y los ojos
llene de dulcedumbre.
Algo de amor en esos corazones
que no aman a los niños,
que son capaces de cegar a un pájaro,
de aplastar las hormigas.
Algo de amor; apenas un murmullo
de amor en cada pecho de criatura
hacia todos los seres,
hacia todas las cosas.
¡Si yo no pido tanto!
Briznas de amor para esta sed del mundo.
Ana Inés Bonnin Armstrong
Del maravilloso blog, Sureando. Pura poesía.
Gracias, mi querida Beatriz.
4 comentarios:
Hermosa poesía, con el encanto y la dulzura de un solo pedido. Y estoy segura que está observándote y abrirá esa ventana para que veas esa luz llena de esperanza.
Besitos de luz para ti y para Lola.
Tanto en tan pocas palabras...
Besos
¡Hola Carolina!!!
Se la he dedicado especialmente a las hormigas, nunca había leído en un poema nada referente a ellas, y siempre me ha entusiasmado observar los hormigueros, tan diminutas y trabajadoras. Desde muy pequeña no dejaba que nadie las pisara, las protegía, jajaja ...
Le daré besitos a Lola, a ver si se calma un poco y deja de hacer travesuras, jajaja...
Un beso, Carolina, y también para Negri.
Sí, todo.
Ahora que lo pienso, tú también has mencionado las hormigas en algún poema, creo. Querida Amapola, la poeta de lo pequeño.
Lo buscaré, me encantan las sensaciones y sentimientos que transmites.
Un beso, linda.
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