domingo, 15 de enero de 2012

Amor y suflé







El amor es como un suflé —solía decir nuestra madre— algo muy,
pero que muy complicado de cocinar. Si abres el horno durante la cocción
se «resfría»; si tardas en abrirlo, se desborda. A veces queda crudo
por dentro, otras se quema, la mayoría de las veces se desinfla...
También la vida de los diplomáticos se parece a un suflé, pero por
razones distintas: aparentemente, vista desde fuera, es dorada, redonda,
bella. Huele bien y da gusto verla. Por dentro, en cambio, es otra
cosa. Y lo peor no es que esté llena de aire como maliciosamente piensan
muchos (que lo está). Lo peor es que sube y baja: un día está uno
tomando caviar en una recepción del Kremlin o el té con la reina de
Inglaterra y al siguiente comiendo un bocadillo de sardinas mientras
pega sellos en una oficinucha minúscula de un oscuro ministerio o
 haciendo los temibles "pasillos".


Hoy caviar mañana sardinas
 Gervasio Posadas y Carmen Posadas





 

viernes, 13 de enero de 2012

El té en el Arte VII




Un té en la habitación alquilada. Harold Gilman



La joven de la taza de té. Harold Gilman (s. XIX-XX. Postimpresionismo. Inglaterra)


 
Las tazas de té. Juan Gris (s. XX. Cubismo. España)



La hora del té. Henry Mitton Wilson (s. XIX. Época victoriana. Inglaterra)
 


Té en la ventana. John Michael Carter
 


El té de la mañana. John Michael Carter
 

 
La hora del té. Friederick Carl Frieseke
 


Té de la tarde en la terraza. Friedeick Carl Frieseke (s. XIX. Impresionismo. Estados Unidos, Norteamérica)



En la Glorieta. William Vincent Cahill (s. XIX. Impresionismo. Estados Unidos, Norteamérica)


 
El té de la tarde. Bjorn Thorkelson (s. XXI. Estados Unidos, Norteamérica)


 
 
Té (Madame Georges Lemmen). Georges Lemmen (s. XIX. Puntillismo. Bélgica)


 
Hora del té. Jean Metzinger (s. XX Cubismo. Francia)


 
La hora del té. Bernhard de Hoog (s. XIX. Realismo. Holanda)


 
La hora del té. George Goodwin Kilburne (s. XIX. Inglaterra)


 
El té de la tarde. Frederic Soulacroix (s. XIX. Academicismo. Italia)


 
Preparando el té. Jean Marie Bowkett (s. XIX. Inglaterra)




 

miércoles, 4 de enero de 2012

Pinchos morunos





El pincho moruno original se elabora con carne de cordero, ternera o incluso pollo (nunca de cerdo), generalmente condimentada con una mezcla especial de especias (Ras el hanout), que incluyen en su composición básica: comino, orégano, cilantro, cúrcuma, alcaravea, pimentón, nuez moscada, cayena y canela entre otras. Toda esta mezcla de especias es triturada y añadida, en distintas proporciones, dependiendo del oficiante y el gusto del cocinero.



Ras al-hanut

                 
Ras al hanut, o según la más frecuente transliteración francesa ras el hanout, denominada también mezcla de especias marroquí, es una mezcla de hierbas y especias (entre 4 y 30) cuyo origen está en la cocina marroquí, aunque es empleada en otros países del Magreb. El nombre de esta mezcla, en árabe, significa literalmente la cabeza de la tienda haciendo referencia a la mejor mezcla de especias que el mercader puede ofrecer.
 
 

Tajín marroquí

Esta mixtura es típicamente utilizada en la mayoría de los tayines marroquíes (plato habitual de la cocina magrebí, que toma su nombre del recipiente de barro en forma de cono en el que se prepara), aunque se usa con frecuencia en el cuscús y otros platos.
Este recipiente es un plato de gran diámetro y, generalmente, de poco fondo, fabricado de barro cocido y barnizado y dotado de una característica tapa cónica. Esta tapa normalmente no se usa durante el proceso de cocción, sino después, para mantener el calor de los alimentos.

En casa los preparamos con la receta que nos enseñó mi cuñado, con menos especias, pero deliciosa:
 
Ingredientes
 
Una pierna de cordero de 1kg (también puede utilizarse carne de cerdo), una cucharita de orégano, 1/2 cucharita de cominos molidos, 1/2 cucharita de pimienta negra, una pizca de azafrán (o colorante), un poco de pimentón picante (opcional), aceite de oliva virgen y sal.
 

Preparación
 
Cortamos la carne en trozos de no más de tres centímetros y reservamos. Majamos todas las especias en un mortero y reservamos. Ponemos las especias en un bol y añadimos aceite y sal. Mezclamos bien y las añadimos a la carne. Mezclamos de nuevo para que se impregnen totalmente. Tapamos con film y dejamos macerar 12 horas.
Una vez macerado el conjunto, insertamos los trozos de carne en palillos para brochetas (los trozos deben quedar bien juntos). Calentamos la plancha (o barbacoa), y colocamos las brochetas sin añadir aceite, porque ya lo tenía previamente el majado.
 

Los auténticos, auténticos pinchos morunos, parece ser que llevan más especias, aproximadamente en estas cantidades:
 
 1/4 cucharita de cilantro, 1 cucharita de cúrcuma, 1/2 cucharita de ajo en polvo, 1 cucharita de jengibre, 1/2 cucharita de perejil, 1/4 cucharita de alcaravea, 1/4 cucharita de nuez moscada y 1/4 cucharita de canela en polvo.
 
 
 
 

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