domingo, 29 de octubre de 2017

Cui-Ping-Sing





Hu Jun Di



Poema Cui-Ping-Sing de Agustín de Foxá:

Ella, Cui Ping Sing, es la hija de Afu, el domador de peces. Vive en una humilde choza de bambú desmayado. Él, Hoang Ti, es primer ministro y mandarín del joven Emperador de China. Y por encargo imperial busca esposa para el Monarca. Con un equipo de pintores, Hoang Ti recorre el Imperio, retratando a las jóvenes más bellas para que el Emperador elija. En una remota aldea conoce a Cui Ping Sing y el amor le presiona las sienes. 


… Hoang:

Escucha…

¿En qué otro mundo de cerezas raras
oí tu voz? ¿En qué planeta lento
de bronces y de nieve, vi tus ojos
hace un millón de siglos? ¿Dónde estabas?
Fuiste agua hace mil años.
Yo era raíz de rosa, y me regabas…
Fuiste campana de Pagoda, yo era
nervio del ojo que miró a tu bronce.
Nos hemos perseguido
alma con alma, atravesando cuerpos
peregrinos de venas y latidos,
por pieles de animales, por estambres,
escamas, esqueletos cortezas;
por mil cuerpos y sangres diferentes,
alma con alma, cincelando torres
de espíritu con lágrima y sonrisa…

... Hoang:

Tú fuiste, Cui-Ping-Sing, todo lo claro,
el cisne o la ceniza.
Yo fui todo lo oscuro,
la raíz, la tortuga.
Tus pechos
son dos nidos calientes,
tejidos en la rama de un almendro...




Hu Jun Di



Y pensar que, después que yo me muera,
Foxá que lleva muerto tantos años,
seguirá vivo en Cui-Ping-Sing, su obra
maestra, que escribió en el 38
y dio a la luz un par de años después.
Y eso que el bueno de Foxá no era,
ni mucho menos, un perfeccionista
del verso. Le importaban otras cosas:
la vida, por ejemplo, esa que él dice
en su mejor poema que, desnuda,
azul, lasciva, bailaría eterna-
mente en el escenario de su tumba.
Y vaya si lo hizo. En Cui-Ping-Sing
aún canta Dios setenta años más tarde,
por medio de Foxá, la serenata
de emoción y temblor que es la existencia
humana, el quid de la literatura.
         

Luis Alberto de Cuenca





Hu Jun Di



Cui-Ping-Sing es una muy hermosa historia de amor, que recuerda a Tristán e Isolda. Así habla Hoang de su amada:


Las otras son mujeres,
pero ella es el amor.
Las otras pasan,
miran y besan; son lagos azules
en cuya orilla se refleja el alma.
Pero ella es lago
que no refleja, ahoga.







sábado, 28 de octubre de 2017

Y punto ...







“Poesía eres tú, y punto”.

Eduardo Mitre







lunes, 9 de octubre de 2017

Inesperadamente





Amy Judd




Si todo está callado, si en la noche
todo es quietud, si ha muerto todo ruido
¿de dónde es esa música que escucho
inesperadamente en torno mío?
¿A algún hombre le fue dado cifrarla?
¿Y quién ha dado ser a esos sonidos
que ahora me rodean? ¿Lo cifrado
se vuelve indescifrable? Su sentido,
por inmenso, la mente no lo alcanza:
hay vibrando un misterio en cada ritmo.
¿Pasión, serenidad, al fin fundidas?
¿Cómo se unen caída y equilibrio?
¡Qué dulcemente hiere dando a un tiempo
la cumbre y el abismo en el oído!
¿El lugar no es ya el propio visitante
y guarda en él intacto lo perdido?
¿Quién me recibe en esta despedida?
¿Su mirada no estaba ya en mí mismo?...
Y de pronto el silencio… La mente está perpleja.
Sólo el alma comprende qué ha ocurrido.


 Mario Míguez







jueves, 5 de octubre de 2017

Nunca




 Mark Demsteader



Nunca dormí en tus brazos.
Nunca me desperté de madrugada y vi el armario, la ventana, los libros,
o escuché el ruido de las cañerías, los pasos solitarios en la calle,
y pensé, incrédulo, que, puesto que todo aquello era real,
tú también debías serlo.
No supe a qué sabían tus labios, o tu risa.
No te vi desnudarte.
No supe ni sabré jamás cómo tus ojos, en el acto del amor, incendiaban la noche.
Esa ausencia es, lo sé bien, una mutilación irremediable;
es un triste muñón, que llevaré conmigo hasta la muerte.
También es, a su modo, forma y prueba de amor, de lúcido y humillado amor,
de devastado y verdadero amor, que ofrezco a tu recuerdo.

José Cereijo






Una canción preciosa, tan delicada como el poema.







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