lunes, 27 de abril de 2015

Yo no aplasto







Lucian Blaga, poeta y diplomático rumano represaliado tras la subida al poder del Partido Comunista,  dejó escritos versos contra el paso uniformado de una lógica mediocre y prosaica. Con poco más de veinte años publicó su primera obra, Los poemas de la luz; allí se hallaba este texto:


YO NO APLASTO LA COROLA DE LOS MILAGROS DEL MUNDO
 
Yo no aplasto la corola de los milagros del mundo
y no destruyo con mi pensamiento
los misterios que en mi camino encuentro
en flores, en ojos, sobre labios o tumbas.
Otros con su inteligencia
ahogan el encanto de lo impenetrable, de lo escondido
en los abismos oscuros,
mas yo con mi luz acreciento los misterios del mundo;
y así como la luna con sus rayos brillantes
no disminuye, sino temblorosa
extiende aún más el secreto de la noche,
así yo enriquezco el sombrío horizonte
con amplios estremecimientos de sagrado misterio;
y todo lo que es incomprensible
se torna aún más incomprensible
bajo mis ojos
pues así yo amo
flores y ojos y labios y tumbas.
 
Lucian Blaga
 
 

 
 

viernes, 24 de abril de 2015

Ripios

 
 
 


 
 
[…]
Son ya las nueve, y llueve.
Que nadie te sorprenda preocupado
por saber si esta lluvia es muy distinta
de la que vio Unamuno una vez en Bilbao,
negra como la tinta,
o aquella que hace un siglo a Pimentel en Lugo
tanto al hombre le plugo,
o a la suya, que vio en París Verlaine,
del color de los charcos
o de los tristes barcos
o cual adiós que nos arranca un tren.
Tampoco te preocupe saber si este poema
antes que aquí se ha escrito.
No es esa la cuestión ni es el problema.
No quieras ser maldito.
Busca, por el contrario,
las fuentes de la lluvia y su calvario,
las fuentes de Unamuno, Verlaine y Pimentel.
Busca en ellos la hiel. Busca su miel.
Que la lluvia de entonces
llora ahora en sus tumbas.
Es dulce y es amarga
y eternamente interminable y larga.
Es la lluvia de siempre. La actual.
Que en lo tocante a lluvias
es un absurdo ser original.
 
 
Andrés Trapiello,  Ripios para un amigo y tres viejos maestros.
 
 

 
 

jueves, 23 de abril de 2015

Don Libro

 
 
 
Albin Veselka


Estaba el señor don Libro
 sentadito en su sillón,
con un ojo pasaba la hoja
con el otro ve televisión.

Estaba el señor don Libro
 aburrido en su sillón,
 esperando a que viniera... (a leerle)
 algún pequeño lector.

Don Libro era un tío sabio,
que sabía de luna y de sol,
que sabía de tierras y mares,
de historias y aves,
de peces de todo color.

Estaba el señor don Libro,
tiritando de frío en su sillón,
vino un niño, lo cogió en sus manos
y el libro entró en calor.
 
 
'Don Libro está helado', Gloria Fuertes.


 
 

 
 
 
 
 

martes, 21 de abril de 2015

Aroma mínimo




Theo van Rysselberghe
 


De Carmen Cristina Wolf

Y la felicidad?
habitaba en los muros,
las ventanas, las mesas
a veces se escondía detrás de un mueble
y sonreía al ver mi afán ingenuo
siempre esquiva, siempre más allá.
A veces me acompañaba un rato
y se dejaba zarandear por el fuego.
La felicidad estaba allí,
era un aroma mínimo
en el corazón de las cosas.
 
*** 

Escríbeme un país
el país que me sabía de memoria
y lo aprendí en la infancia,
no lo encuentro.




Theo van Rysselberghe


Descubrí un lugar en mí
 que permanece sosegado
  ante los  cambios. 








 

lunes, 20 de abril de 2015

Un pequeño homenaje agradecido








Una suave caricia es este poema, sencillo, delicado, tierno, delicioso, Eso quiero:
Una mirada de tu boca.
Eso quiero.
Y después
un beso
de agua
de flor
y de cielo.
Tus manos
y las mías
bailando caricias
que no acaban nunca.
Y un suspiro
de tus ojos
salpicando soles
como un hada de cuento.
Toro Salvaje





Rugen las tormentas
dentro de los soles
mueren estrellas
nacen constelaciones
y la tierra
que nos soporta
gira y gira imparable.
El cosmos es un torbellino
que reluce apoteósico
desde el fin de la nada
hasta el misterio del todo.
El universo entero
y el tiempo
y el espacio
siguen expandiéndose
por un vacío incomprensible
de la mano de años luz
y galaxias que ni sospechamos.
Y yo
preso
aquí abajo
miro hacia arriba
y escribo un poema
desde el núcleo mismo
de la más insignificante nada.
 Toro Salvaje, Insignificancia.


Y Toro, te dedico estas canciones, creo que acompañan muy bien tus versos:

Como el agua bajada desde el corazón, desde el alma, profunda, clara, transparente y pura...



Y de sur a norte, desde una esquina de la nada, con extrema sensibilidad para captar lo que se mueve a su alrededor, inunda la red con sus poemas; siempre deja ese no sé qué que queda balbuciendo, sus versos son como un pequeño milagro cotidiano. Toro resucita, renace en cada poema.
Me ha encantado descubrir a uno de los grandes poetas actuales. Es increíble su versatilidad e imaginación, roza todos los pliegues del alma con palabras vibrantes, chispeantes, exactas, puras; son palabras de luz para el corazón. Me parece, simplemente, genial. Palabras que hablan de nostalgia, de cansancio, de crítica mordaz, de desesperanza, pero también de lucha, de búsqueda, de delicadeza, ternura, sentimientos, pasiones, dulzura, de lo cotidiano, de lo pequeño, de lo sencillo, de lo "hondo", con chispa y simpatía a raudales (leer a Justiniano, una especie de alter ego, resulta realmente carcajeante). Es un mago de palabras.  
Creo que los políticos deben tener cuidado, el mundo está lleno de poetas ...





Aquí
en una esquina
de la nada
también late el mundo
y de vez en cuando
llueven las nubes negras
y el viento ulula
buscando caricias de amor
y todos los tiempos
se vuelven un tiempo
y me recojo en mí mismo
y miro por la ventana
la noche inhóspita
y pienso esperanzado
en que mañana saldrá el sol.


Toro Salvaje, En una esquina de la nada.





Gracias siempre, querido Toro Salvaje, Xavi, Javier. Eres para mí un amigo querido con el que aprendo mucho. Ha sido y es una delicia recorrer este "Justi Tour City" contigo.

Entré a su blog las pasadas navidades y, ahora en la Pascua, creo que sus versos han sido un regalo maravilloso, por inesperado, que me dejó el rey Melchor, mi Rey.

Con poetas así, la poesía fluye y fluye cada día ... ¿existe un regalo más bonito?






domingo, 12 de abril de 2015

Si...

 
 
 
 
 
 El amor no se acaba nunca, 
 lo que acaba es una forma
de entender el tiempo.
 
 
 
Si conocerse es guardar el secreto durante años
nos hemos conocido.
Si sólo pudieras conocer a una persona más
¿Me elegirías a mí?
Si sólo pudieras conocer un día más
¿Sería este?
Si sólo pudieras vivir una noche más
¿Elegirías dormirte?
 
 
Pablo Fidalgo Lareo




 

jueves, 9 de abril de 2015

La medida exacta

 
 
 
 
 
No sé si te lo he dicho:
mi madre es pequeña
y tiene que ponerse de puntillas
para besarme.
Hace años yo me empinaba,
supongo, para robarle un beso.
Nos hemos pasado la vida
estirándonos y agachándonos
para buscar la medida exacta
donde poder querernos.
 
  Begoña Abad
 
 
 
 
 

lunes, 6 de abril de 2015

Cuando








Cuando conozca tu alma
pintaré tus ojos.
 
 


¡Gracias, Beatriz!
Del blog, Sureando
 
 
 
 

sábado, 4 de abril de 2015

Feliz Pascua de Resurrección

 
 
  
Tres Marías en la tumba. Bartolomeo Schedoni


“De todas las victorias en la historia de la humanidad, ninguna es tan grande, ninguna es tan universal en su efecto, ninguna tan eterna en sus consecuencias como la victoria del Señor crucificado, que salió en la resurrección aquella primera mañana de Pascua”.
 
 Gordon B. Hinckley
 

«…Para descubrir la naturaleza humana hasta que sus atributos divinos sean revelados, para insuflar las actividades ordinarias con fervor espiritual, para dar alas de eternidad a lo más efímero; para hacer humano lo divino y divino lo humano; tal es Bach, el más grande y puro momento de la música de todos los tiempos…»

Pablo Casals
 
 
¡Feliz Pascua de Resurrección! 
 
 

 
 
 

miércoles, 1 de abril de 2015

...




Maria Zeldis


Alguna gente siente la lluvia, otra únicamente se moja.
 
José Ortega y Gasset







Una entrevista

 

 

 
 
Christian Bobin vive en La Bourgogne, en pleno campo. Es una elección vital en la que habita la calma. No tiene miedo a la soledad. Todo lo contrario, dice que es “una gracia”.
Lo que más llama la atención es la calma. Casi se escucha cómo pasa el tiempo. Bobin es un solitario afortunado. También es creyente, con un sentido de la fe muy personal.
 
La fe, para mí, es la vida en su plenitud de intensidad. No es un asunto de visionarios, ni de un aparato burocrático, ni de un administrador ricamente adornado, como los pájaros del paraíso que son los cardenales o los Papas. No es eso, no es eso. La fe es simplemente tocar durante un momento lo más ardiente de esta vida. Es la cumbre de la experiencia humana. Es lo más denso de la experiencia humana. Es cuando comprendemos esta densidad, cuando sabemos que hay algo que no se destruye jamás. Ni tan siquiera en las peores condiciones, algo que no desaparecerá jamás.
La amnesia, por ejemplo, carcome todo y te separa de todo. La fe es como una fiesta infantil, es estar atento solamente a lo viviente. No consiste en recitar un dogma, ni un banco en el cielo, donde los banqueros van de vez en cuando a contarnos cuentos.
 
¿Acaso las instituciones han infantilizado la necesidad de la Fe?
 
La Biblia es algo muy simple. Es un bolígrafo, es un granero lleno de todo el trigo de la experiencia humana. Consta de lo más puro de todo lo humano: celos, esperanzas, miedos y alegrías. Lo más puro de la experiencia milenaria de los hombres ha sido recogida en este libro. Es sólo eso. Pero ha hecho falta que se nos transmita lo mejor de este libro; son hombres los que lo transmiten. Es una institución la que lo transmite. A veces las instituciones se olvidan para qué sirven y quieren únicamente durar o sobrevivir. Confunden la eternidad de lo que dicen con la eternidad que quisieran tener para ellas. Creo que es simplemente eso. Para decirlo muy sencillamente, no conozco palabras más fraternales, más ardientes, concretas y terrestres que las de Cristo y me han llegado porque se han transmitido de mano en mano. Porque se plasmaron en un libro treinta años después de su muerte, y después éste libro se ha transmitido de mano en mano. En este libro hay huellas de dedos. Las instituciones son solamente la huella de los dedos en un libro donde se halla lo más puro de la experiencia de cada uno, de cada hombre.
 
No podemos olvidar la esperanza o la fe, hay que oír el ruido de las cosas. Eso es lo que necesitamos en nuestro tiempo, oír el ruido del origen de las almas: una palabra sobre la que se ha reflexionado, un silencio que va a cortar la palabra de aquél que busca la verdad, un gesto de caridad inútil, maravillosamente inútil… Estas son las cosas que pueden desaparecer, y para mí, pertenecen al orden de la fe, es un universo que está un poco más arriba que el nuestro.

Christian Bobin
Entrevista para “Second Regard” de la Télévision du Canada.
Traducción: Teresa Campoamor




 
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