hago balance de mi vida y una vez más cuelgo un suspiro en mi pasado. Miro atrás y no queda nada. No importa, me digo. Pero mis ojos me desmienten. Brillan apenados por otro tiempo que se va. Entonces busco a mi alrededor y compruebo una vez más que todo lo que me envuelve está hecho de espejismos y nadas. Por un momento me tambaleo. Estas clarividencias mías son cada vez más difíciles de soportar. Cuando me recupero del impacto le hablo con mucho cariño a mi corazón. Intento animarlo. Le digo que el tiempo que nos quede vamos a intentar aprovecharlo al máximo. Que nos quedan aún unos cuantos años muchos poemas por escribir y también algunos sueños locos. Que sólo haremos cosas que nos gusten. Que lo alejaré siempre de la miseria moral y de la insoportable falta de ética que se extiende imparable por todas partes. Que buscaremos latidos bellos estrellas olvidadas y las pasiones más hermosas. Que iremos siempre de la mano y que cuando nos llegue el momento de morir prometo acostarme a su lado mirarle a los ojos mientras le doy las gracias por todo y antes de despedirnos darle el más emocionado de los abrazos.
TORO SALVAJE
Una rumbita para Torito y su hermoso corazón, se entienden muy bien, se aman con pasión ...