jueves, 9 de agosto de 2012

Sopa con caldo de congrio

 
 
 


Sopas con caldo de congrio 

Esta receta es muy fácil y es un manjar. Se le ocurrió a mi madre (al menos yo nunca la he visto). Son las típicas sopas de ajo pero realizadas con el caldo de cocer congrio. Exquisitas, melosas...
 
Como dice Neruda en su Oda al caldillo de congrio:

"....para que en este plato tú conozcas el cielo"

 No es la misma receta que la del caldillo de congrio, pero son deliciosas.

Ingredientes (4 personas)
 
Pan duro 200-250 g (de hogaza es perfecto), un diente de ajo, una cucharadita de pimentón (de la Vera mejor), sal, aceite de oliva virgen extra (aproximadamente 8 cucharadas), 3 rodajas de congrio abierto (también puede hacerse con congrio cerrado, pero después no se aprovecha, o también con una cabeza de congrio), 4 huevos y 2 hojas de laurel.

Preparación

Poner agua a calentar en una cazuela y añadimos el congrio, los 4 huevos, el laurel y sal.

Dejamos cocer 20 minutos aproximadamente (los huevos con 15 minutos suficiente).

Cortamos el pan en lonchas muy finas y no demasiado grandes. Majamos el diente (o dientes) de ajo y reservamos. Colocamos el pan en cazuelas de barro individuales (siempre lo tomamos así porque las sopas están más "melosas" y conservan mejor el calor).

Cuando estén cocidos el congrio y los huevos los retiramos de la cazuela y añadimos  al caldo el ajo majado con el aceite y el pimentón. Removemos.  Antes de que hierva ("ajo hervido, ajo perdido", decía mi abuela) vertemos el caldo en cada cazuela de barro; más o menos caldoso, según el gusto de cada uno. Dejamos que repose unos minutos para que el caldo impregne bien el pan. Yo siempre las tomo con cuchara de madera.


Después preparamos el congrio al "ajo arriero" con los huevos cocidos.

 Es un plato tradicional de la cocina de Castilla y León desde la Edad Media.





Preparación del congrio al ajo arriero

Sartén con aceite al fuego. Cortamos los ajos laminados (2 ó 3 dientes), doramos los ajos y, apartando la sartén del fuego (muy importante porque se quema el pimentón), añadimos el pimentón y un chorro de vinagre; lo vertemos encima del congrio y de los huevos, previamente cortados en cuartos o en mitades.

La conocida Oda al caldillo de congrio y la receta al estilo que nos sugiere Pablo Neruda

Se puede preparar el plato sin ninguna dificultad siguiendo el poema.


ODA AL CALDILLO DE CONGRIO

En el mar
tormentoso
de Chile
vive el rosado congrio,
gigante anguila
de nevada carne.
Y en las ollas
chilenas,
en la costa,
nació el caldillo
grávido y suculento,
provechoso.
Lleven a la cocina
el congrio desollado,
su piel manchada cede
como un guante
y al descubierto queda
entonces
el racimo del mar,
el congrio tierno
reluce
ya desnudo,
preparado
para nuestro apetito.
Ahora
recoges
ajos,
acaricia primero
ese marfil
precioso,
huele
su fragancia iracunda,
entonces
deja el ajo picado
caer con la cebolla
y el tomate
hasta que la cebolla
tenga color de oro.
Mientras tanto
se cuecen
con el vapor
los regios
camarones marinos
y cuando ya llegaron
a su punto,
cuando cuajó el sabor
en una salsa
formada por el jugo
del océano
y por el agua clara
que desprendió la luz de la cebolla,
entonces
que entre el congrio
y se sumerja en gloria,
que en la olla
se aceite,
se contraiga y se impregne.
Ya sólo es necesario
dejar en el manjar
caer la crema
como una rosa espesa,
y al fuego
lentamente
entregar el tesoro
hasta que en el caldillo
se calienten
las esencias de Chile,
y a la mesa
lleguen recién casados
los sabores
del mar y de la tierra
para que en ese plato
tú conozcas el cielo.

 Pablo Neruda



 

5 comentarios:

Ars Vitae dijo...

¡Qué hambre! Nunca lo he comido, pero tiene una pinta deliciosa. Aunque no creo que me atreva a cocinarlo.
Tampoco conocía la oda al congrio... ¡este Neruda tiene odas para todo! :)
Gracias por ampliar mi cultura culinaria (muy escasa, por cierto), y poética.

Rosa dijo...

Te lo recomiendo, es muy fácil de hacer, seguro que te sale bien y te va a encantar.
Sí, es verdad, Neruda tiene odas para todo y, además, son preciosas.
Gracias, pero tú, en eso de ampliar, te llevas la palma...
Un beso.

Clarissa Rodriguez dijo...

Dicen que a Neruda le encantaba preparar el mismo este Caldillo de Congrio. Siempre rodeado de muchos amigos, todavía en las vigas de su casa en Isla Negra, están los nombres de algunos de sus ilustres invitados.
De sus Odas Elementales se ha escrito muchísimo. Porque sin duda marcan un periodo importante y "esencialista" en la obra de Pablo Neruda. Es un periodo donde el poeta busca la sencillez, el lenguaje común. Él mismo lo explicó en un escrito “Sobre una poesía sin pureza“, y dice entre otras cosas:
“La confusa impureza de los seres humanos se percibe en ellos, la agrupación, uso y desuso de los materiales, las huellas del pie y de los dedos, la constancia de una atmósfera humana inundando las cosas desde lo interno y lo externo. Así sea la poesía que buscamos, gastada como por un ácido por los deberes de la mano, penetrada por el sudor y el humo, oliente a orina y a azucena salpicada por las diversas profesiones que se ejercen dentro y fuera de la ley. Una poesía impura como traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilia, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos…”

En las Odas Elementales nada es demasiado grande o demasiado pequeño para el poeta; los objetos, los fenómenos o lo inmaterial forma parte de una declaración de amor a la vida y en particular a esta tierra que él llamó: “oscura provincia, un país separado de todos los otros por su geografía” y a la Araucanía “capital de la lluvia”.

Me confieso admiradora de la obra de Neruda, que con toda su grandeza y también sus pequeñeces, supo elevar una voz universal, contundente y poderosa, anclada en lo humano y en las cosas sencillas.

Un abrazo, querida amiga

Trini Altea dijo...

Rosa tiene que estar deliciosa.......Estoy de sorteo en mi blog si quieres apuntarte y probar suerte..te gusta el marisco???

Rosa dijo...

Clarissa, muchas gracias por tu bella aportación; como bien dices nada era demasiado grande ni demasiado pequeño para Neruda, es un "manantial" de fuerza creadora, como él mismo decía : "...yo quiero que todos canten en mi canto". A mí también me gusta mucho su poesía.
Algún día probaré este caldillo de congrio.
Un beso.


Trini, gracias por tu visita y tu invitación y, sí, me encanta el marisco, es exquisito.
Un beso.

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