domingo, 8 de febrero de 2015

Oh, qué confiados...

 
 
 
Robert Hope
 
 
Lo más raro, después de todo,
no es morirse. Es
no haber podido terminar
el dobladillo de la saya
que dejamos sobre la mesa,
oh, qué confiados.
 
Fina García Marruz, de  El instante raro
 
 
 
 

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Qué fuerte!!!
La imprevisibilidad de la muerte.

Buen poema.

Besos.

Rosa dijo...

Sí.

Es que todavía me dura la risa, me imagino la escena de Justiniano... jajaja...

Besos, Toro.

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