sábado, 14 de febrero de 2015

Despertad


 
 
La bella durmiente. Leon Bakst
 
 
"Descorazonado, estaba a punto de retroceder cuando, al apartar una rama, vio… Siguió avanzando hasta llegar al castillo. El puente levadizo estaba bajado. Llevando al caballo sujeto por las riendas, entró, y cuando vio a todos los habitantes tendidos en las escaleras, en los pasillos, en el patio, pensó con horror que estaban muertos, Luego se tranquilizó al comprobar que solo estaban dormidos. “¡Despertad! ¡Despertad!”, chilló una y otra vez, pero en vano. Cada vez más extrañado, se adentró en el castillo hasta llegar a la habitación donde dormía la princesa. Durante mucho rato contempló aquel rostro sereno, lleno de paz y belleza; sintió nacer en su corazón el amor que siempre había esperado en vano. Emocionado, se acercó a ella, tomó la mano de la muchacha y delicadamente la besó… Con aquel beso, de pronto la muchacha se desemperezó y abrió los ojos, despertando del larguísimo sueño". 
 
(Fragmento. “La bella durmiente del bosque")
 

 
 
 
Tchaikovsky: La bella durmiente del bosque, Adagio de la Rosa
 



 
 
 
 

4 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Para mí que la princesa era una vaga.
Y que se hacía la dormida para no dar un palo al agua.

Besos.

Rosa dijo...

Toro, tienes que leer otra vez el cuento, ¡no te has enterado bien!!!

Besos, Toro. Que tengas un buen día.

Princesa Nadie dijo...

Es mi cuento favorito!....no conocía esta ilustración ,con permiso me la llevo
Me
encanta!!!!

Rosa dijo...

¡Toda para ti!!!

¡Un beso, Princesa!

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