domingo, 20 de septiembre de 2015

Unos ojos




W. A. Bouguereau



Al principio pensé que eran de miel,
pues en ellos dormían las abejas.
Pero un día los vi cabrillear
como agua marina: verdeazules.
¿O eran violáceos?
¿O del color del vino
como la mar de Homero?

Acaso relumbraban con el brillo
de un mosto rubio y claro
bajo el sol del otoño
o con el retemblor
de un fuego que ardiera
bajo la mar en calma.

Tan sólo sé que en ellos
había el resplandor
de una alegría fresca y misteriosa.
Tan sólo sé que el mundo
renacía en sus ojos.

Antonio Colinas,  de Canciones para una música silente 





6 comentarios:

Carolina dijo...

Bello. Un poema precioso que transmite la sutileza de una mirada.

Gracias por compartir estos poemas tan bonitos mi querida Rosa.

Ya estoy de vuelta.

:-)

Besitos de luzzzzzz con cariño y lengüatazos de mi Negrito

Amapola Azzul dijo...

Una poesía preciosa.
Besos.

TORO SALVAJE dijo...

Es para mí, verdad?

Besos.

Rosa dijo...

Sí, cuánto dice la mirada. No engaña.
Gracias, siempre, a ti, por venir.

¡Y me alegra mucho tu regreso! :)

Muchos besos de luz para ti y mi cariño para tu Negrito.

Rosa dijo...

Yo creo que tu mirada debe de ser muy pura y brillante, Toro. Y que renace cada día.
Como corresponde a una gran persona.

Sí, puede ser para ti, y para todos los que lleven esa mirada.

Un beso, Toro. Que tengas un día feliz.

Rosa dijo...

Seguro que llevas esa mirada, mi linda Amapola.
Seguro.

Un beso, linda.

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