Blair de Edmund Leighton
El eterno femenino es un término que tiene su origen en Goethe:
Al final del acto V del Fausto de Goethe, cuando se cumple la redención de Fausto salvado por el amor de Margarita, se leen estas palabras con las que se concluye la obra:
"Todo lo temporal es sólo una parábola; he aquí lo inaccesible que se convierte en hecho. Aquí se cumple lo indescriptible y al cielo nos conduce el eterno femenino".
La madre de Goethe, Elisabeth Textor, ya anciana, a veces tenía frases felices; cuando estaba a punto de morir, y no queriendo entristecer a su hijo, evitó que le avisasen de su grave estado, que escondió incluso a sus más íntimas amistades, de tal forma que unos amigos de la familia, ignorando su grave enfermedad, le escribieron invitándole a una pequeña fiesta. Respondió que se excusaba de no asistir "porque en aquellos momentos estaba ocupada en morirse".
El eterno femenino nos impulsa hacia arriba.
Y ya en los 80, de la mejor música pop de esta década: La Mode ¡El eterno femenino!
5 comentarios:
El eterno femenino supongo que es la sensibilidad, da igual que lo tengan hombres , mujeres , plantas u otros seres vivos como los animales.
Besos.
Todos nos morimos poco a poco, supongo,...
Besos.
Lo que aprendo aquí eh...
Gracias.
Besos.
Sí, es cierto, Amapola, la sensibilidad no es patrimonio de la mujer, el hombre la tiene en igual medida, y las plantas, los animales también la tienen, tenemos una perrita y plantas, lo veo cada día muy bien.
Quizás se refiere más a portadora de vida, creo que la mujer, en general, es capaz de amar más profundamente... y quizás más sensibilidad para apreciar los detalles, lo pequeño...
Esta entrada es solo para fijar el origen de este concepto, pero es tan vasto lo que se puede decir...
Un beso, linda Amapola.
:))
Y lo que tú enseñas, Toro, tu sensibilidad es inmensa...
Un beso, Torotodocorazón.
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