de sangre y muerte, ¡oh María!
Sombra hundida en sus raíces,
empinada hasta su cima.
Ya eres sombra solitaria,
fugaz, en la tarde lívida;
como una estrella de luto,
de cielo en cielo cautiva.
Ya eres regazo de sombras,
noche callada y dulcísima,
donde el humano dolor
muere, se eleva, palpita.
La tarde encrespa su luz,
las sombras chocan, vacilan.
Tu oculto duelo ya extiende
lejanamente su orilla.
Firme sombra de aquel Árbol
de sangre y muerte, ¡oh María!
Sus ramas crecen sin fin,
y Tú, su sombra infinita.
Sombra de dolor
Pedro Pérez-Cotet
Karl Jenkins: Stabat mater - IV. Lament
"La roca fría del Calvario", romanza de la zarzuela "La Dolorosa"...
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