miércoles, 11 de noviembre de 2015

Vocación de quietud




Montserrat Gudiol



Y de repente, esta vocación de quietud,
de mariposa que quiere regresar a la crisálida,
de ser viento apresado entre una caracola.

Este deseo loco
de parar,
de envolverse en la neblina,
de ignorar el llamado, la proclama,

de que los días sean
apenas una música,
una conversación en la penumbra,
un nombre que regresa navegando
entre el vaho calinoso de la sopa,

un no ser siendo hacia la gran caída.

Piedad Bonett




6 comentarios:

Ilduara dijo...

Un encontrarse con uno mismo.

Precioso.

Rosa dijo...

Y lo expresa como vocación. Me encanta.

Un beso, Ilduara.

TORO SALVAJE dijo...

Yo ya soy neblina.

Besos.

Amapola Azzul dijo...

Yo también tengo vocación de quietud.

Rosa dijo...

Y más que vas a ser, sí, sí, te lo digo yo ... días y días y días de calor sofocante ¿te imaginas? ¡derretido total!

Un beso, Toro, y jejejeje ...

Rosa dijo...

:) Me lo imaginaba.
Yo también.

Un beso, linda.

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