domingo, 1 de noviembre de 2015

Resurrección







¿Que después de esta vida tengamos que despertarnos un día aquí
al estruendo terrible de trompetas y clarines?
Perdona, Dios, pero me consuelo
pensando que el principio de nuestra resurrección,
la de todos los difuntos,
la anunciará el simple canto de un gallo...

Entonces nos quedaremos aún tendidos un momento...
La primera en levantarse
será mamá... La oiremos
encender silenciosamente el fuego,
poner silenciosamente el agua sobre el fogón
y coger con sigilo del armario el molinillo de café.
Estaremos de nuevo en casa.

Vladimír Holan (1905 - 1980)




2 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

Creo que sólo estamos vivos cuando sentimos o tal vez cuando alguien nos siente en su corazón.
Por eso los difuntos siguen vivos en los vivos.
Besos.

Rosa dijo...

Sí, los difuntos siguen vivos en los vivos y ellos están en la verdadera vida.

Este poema parece corregir a Dios, en referencia al Apocalipsis, pero termina con esa vuelta a casa, con ese toque entrañable de la madre. Me pareció bonito.
Para mí la muerte es el comienzo de la verdadera vida, la vuelta entrañable a casa.

Un beso ya ¡Azzul! Un beso, linda

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