Escuchando Les gnossiennes, de Erik Satie
UNAS gotas de luz
golpean suavemente
las teclas de un piano.
Qué vana te parece
aquella música
que no es, como ésta,
tan igual al silencio.
Ahora que la música
ha cesado,
Erik Satie se vuelve
y, en silencio
que suena como música,
sonríe.
J. Corredor-Matheos
Alejo Carpentier en "El músico que llevo dentro", escribía en 1927 sobre Erik Satie :
"Ved algunos dibujos de Picasso. Comprenderéis las Gimnopedias...[...] Como acontecía con la pintura, se anhelaba una especie de regreso a lo primitivo, al trazo simple, al volumen exacto, a la sonoridad franca. El impresionismo, muerto en pintura, moría también en al arte de los sonidos."
Carpentier cita los desconcertantes textos que el compositor escribe para sus piezas "de una pureza insuperable". Para Crepúsculo matutino:
"El sol se levantó por la mañana de muy mal humor... El calor estará por encima de los normal pues el tiempo se muestra prehistórico y tempestuoso...El sol está muy alto en el cielo... Parece buena persona... Pero no nos fiemos... Tal vez queme las cosechas o cometa alguna fechoría: una insolación..."[...]
Carpentier termina el artículo:
"En sus últimos días, el compositor se dedicó a leer los cuentos de Andersen".
"Dios amaba los ojos azules de Satie...".
4 comentarios:
Bellos estractos. Bonita música.
Besos.
¡Besazo para ti, linda!
Y el besazo lo dejo en tu nariz ¿vale? :))
Pocas cosas reconfortan tanto como la musicalidad del silencio.
Ilduara.
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