lunes, 29 de abril de 2024

Adagietto


 

Gustav Mahler: Sinfonía Nº 5 en Do Sostenido Menor: IV. Adagietto.
Leonard Bernstein, director


"Un Adagio, cuanto más lento, mejor".

Gustav Malher



Hermann Scherchen, director
15 min 13 s



Sehr langsam, muy lento, esa es la indicación de tempo del Adagietto de la Quinta Sinfonía de Mahler. A Mahler, la pieza le duraba 7 minutos, y debía parecerle bien. Distintos tiempos en algunos directores...


Rafael Kubelík, director
(Sehr langsam, muy lento)
9 min 45 s



Claudio Abbado, director
8 min 52 s




 
Quinta Sinfonía completa


 

* Adagietto ("pequeño Adagio") concebido solo para cuerdas y arpa, es una isla de calma en el furioso tumulto de la Quinta Sinfonía. Gustav Mahler entendió musicalmente el amor a través del Adagietto. La relación y el matrimonio del compositor con Alma Mahler coinciden con la gestación de la Quinta Sinfonía, y Gustav dedicó a su esposa el Adagietto.




viernes, 12 de abril de 2024

Remueve...






“Remueve la memoria
un antiguo perfume, 
un olor que no cambia”. 

José Luis Morante



Stile Antico canta Tallis: Miserere nostri, Domine




miércoles, 10 de abril de 2024

...

 


 

"Sólo las letras antiguas curan la sarna moderna".

Nicolás Gómez Dávila



Bach: Brandenburg Concerto No. 4




domingo, 7 de abril de 2024

Pájaros

 






Es increíble que no nos sorprenda el vuelo de un pájaro.

Dionisia García

**

Los pájaros esparcen el cielo. 

Isabel Mellado

**

Para instinto artístico, el de los pájaros.

Manuel Neila






miércoles, 3 de abril de 2024

...

 



Tal vez tu eternidad,
vuelta luz, por los ojos se nos entre.
Y de tanto mirarte, nos salvemos

Pedro Salinas





Johannes Brahms: Sinfonía No. 4
Klaus Mäkelä



domingo, 31 de marzo de 2024

¡Feliz Pascua de Resurrección!

 


Las Marías en la tumba, Fray Angélico


"Ha resucitado. No está aquí. Mirad el sitio donde lo pusieron..."

(Mc. 16, 6)


Resurrección de Cristo, Fray Angélico


La piedra está movida...

Únicamente la aparición de Jesús de Nazaret, el Hijo del Padre hecho hombre, su vida, su muerte y su resurrección iluminan definitivamente el misterio de nuestra muerte.



QUERÍA escribir un poema triunfante,
expresión de este gozo de la Pascua,
que fuera lluvia de lirios, retumbo de tambores,
canto de querubines, hombres, pájaros, ballenas,
repique de campanas, la alegría misma hecha poema.
Pero tras el Pregón Pascual de la Vigilia,
que escuché ayer con ojos nuevos,
otro canto a la resurrección se hace superfluo.
El ‘exulten!’ resuena en los coros de los ángeles
y en cada esquina recóndita de la tierra,
y en las voces de los hombres que recuerdan
   las promesas.
Le canta a la culpa dichosa que ha traído el perdón
y a la noche —’día’ y ‘santa’ y ‘feliz’ la llama—,
la única presente en el principal evento de la
    historia.
Festeja la libertad, la inocencia recobrada,
el espanto del odio, la culpa, la tristeza.
Y por si fuera poco —no le falta finura a ese
     poema—
es todo un himno a las abejas, abejas-madre, dice,
qué belleza. Y al fuego y a la luz que se esparce
y no mengua. Y aún más, es festejo de las nupcias
de lo humano y lo divino, que no separa la muerte.
La copa del pregón rebosa ya acción de gracias
     y loas
y en medio de tantos versos solo se abre una
     plegaria,
la más pura poesía: que esta luz del cirio se una
a las estrellas del cielo y que el lucero matutino
que no conoce ocaso la encuentre ardiendo.
Y cuando no parece que quepa más contento,
¡una metáfora!
el lucero del alba, brillo sereno, es Cristo
¡y un colofón!
que vive y reina por los siglos de los siglos.
(Amén.)


Marcela Duque, Bello es el riesgo



Lorenzo Perosi – La risurrezione di Cristo




sábado, 30 de marzo de 2024

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