El que fuere dichoso será amado,
y yo en amor no quiero ser dichoso,
teniendo, de mi mal propio envidioso,
a dicha ser por vos tan desdichado.
Sólo es servir servir sin ser premiado;
cerca está de grosero el venturoso;
seguir el bien a todos es forzoso,
yo sólo sigo el bien sin ser forzado.
No he menester ventura para amaros:
amo de vos lo que de vos entiendo,
no lo que espero, porque nada espero;
llévame el conoceros a adoraros;
servir, mas por servir, sólo pretendo:
de vos no quiero más que lo que os quiero.
y yo en amor no quiero ser dichoso,
teniendo, de mi mal propio envidioso,
a dicha ser por vos tan desdichado.
Sólo es servir servir sin ser premiado;
cerca está de grosero el venturoso;
seguir el bien a todos es forzoso,
yo sólo sigo el bien sin ser forzado.
No he menester ventura para amaros:
amo de vos lo que de vos entiendo,
no lo que espero, porque nada espero;
llévame el conoceros a adoraros;
servir, mas por servir, sólo pretendo:
de vos no quiero más que lo que os quiero.
Juan de Tassis y Peralta, conde de Villamediana
C. Monteverdi: Si dolce è’l tormento
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