Rióse una esclavilla de que Tales de Mileto,
por mirar arriba, hacia las Pléyades,
cayera en un pozo.
¿Por qué el nombre de esta muchacha no conserva
Diógenes Laercio?
¿Acaso no hacía filosofía con su risa?
José Jiménez Lozano
Platón cuenta en el Teeteto una historia que tiene como protagonistas a Tales de Mileto y a su criada, una muchacha tracia. Diógenes Laercio también recoge el incidente de la caída.
"Como Tales de Mileto estudiaba astronomía y miraba siempre a lo alto, cayó un día en un pozo y su criada tracia, que era alegre y burlona, se rio de él, diciendo que mientras se preocupaba por saber lo que pasa en el cielo, se olvidaba de mirar por donde andaba".
2 comentarios:
De nuevo, Jiménez Lozano.
Una explicación extraordinaria para un bello poema.
Feliz fin de semana.
Besos
Me encanta Jiménez Lozano, te dejaré un fragmento de su obra "El mudejarillo", te gustará.
Los filósofos tuvieron fama de despistados, Tales era considerado uno de los 7 sabios de Grecia, el primer filósofo, y sus conciudadanos no entendían cómo se preocupaba por asuntos que para ellos no tenían la menor importancia. “Esta burla viene muy bien a todos aquellos que dedican su vida a la filosofía”, añade Platón.
Tales quería 'saber por saber', por 'amor al saber', sin otro fin, y por eso comenzaron a llamarle philósophos, 'amante del saber, con sorna y, a veces, con desprecio. La sirviente tracia también filosofó cuando llamó la atención de Tales sobre la importancia de mirar al suelo. La excelencia estaría en no perder de vista la realidad, ni lo ideal.
Sin embargo, Aristóteles en su "Política" dice que obtener dinero no era el motivo principal de Tales, aunque pudiera hacerlo fácilmente:
"Pues todas estas cosas son útiles para los que aprecian el arte de las ganancias, como por ejemplo la maniobra financiera de Tales de Mileto, que atribuyeron a su sabiduría pero que tiene carácter universal. En efecto, como lo injuriaban por su pobreza y por la inutilidad de la filosofía, se dice que, gracias a sus conocimientos astronómicos, pudo saber cómo sería la cosecha de aceitunas. Así, cuando era aún invierno y tenía un poco de dinero, tomó mediante fianza todas las prensas de aceite de Mileto y de Quíos, arrendándolas por muy poco, pues no había competencia. Cuando llegó la oportunidad y todos a la vez buscaban prensas, las alquiló como quería, juntando mucho dinero, para demostrar qué fácil resulta a los filósofos enriquecerse cuando quieren hacerlo".
Lo que da de sí un poema :)
Un beso, Maite.
Buen domingo.
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