Lanfranco Giovanni, Multiplicación de panes y peces
Marcos 6, 30-44
Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros solos a un lugar solitario, para descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían que no tenían tiempo para comer.
Se fueron en la barca, ellos solos, a un lugar despoblado. Pero los vieron marchar y muchos los reconocieron, y corrieron allá a pie, de todos los pueblos, llegando incluso antes que ellos. Al desembarcar, vio Jesús un gran gentío, sintió compasión de ellos, pues eran como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Como se hacía tarde, los discípulos se acercaron a decirle: «El lugar está despoblado y ya es muy tarde. Despídelos para que vayan a los caseríos y aldeas del contorno y se compren algo de comer».
Jesús les replicó: «Dadles vosotros de comer». Ellos le contestaron: «¿Cómo vamos a comprar nosotros pan por valor de doscientos denarios para darles de comer?». Él les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis? Id a ver». Cuando lo averiguaron, le dijeron: «Cinco panes y dos peces». Jesús mandó que se sentaran todos por grupos sobre la hierba verde, y se sentaron en corros de cien y de cincuenta.
Él tomó entonces los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los fue dando a los discípulos para que los distribuyeran. Y también repartió los dos peces entre todos.
Comieron todos hasta quedar saciados, y recogieron doce canastos llenos de trozos de pan y de lo que sobró del pescado. Los que comieron los panes eran cinco mil hombres.