martes, 28 de abril de 2020
sábado, 25 de abril de 2020
jueves, 23 de abril de 2020
martes, 14 de abril de 2020
Isla ignorada
Soy como esa isla que ignorada,
late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
—sola sólo—.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
—manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo—.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz —que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo—.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
—para la muerte me dejó un misterio.
Gloria Fuertes
lunes, 13 de abril de 2020
El precio
doradas; noches fulgurantes,
y la llama, la nieve;
canto del cuco, aullar de perros,
silente luna, grillos, construcciones de escarcha;
el traqueteo del tren, del carro, niños,
amapolas, acianos, y desnudos
árboles de invierno entre la niebla;
los ojos y las manos de los hombres, el amor y la dulzura
de los muslos, de un cabello de plata, o de color caoba;
historias y relatos, pinturas, y una talla.
Todo esto hay que pagarlo con la muerte.
Quizá no sea tan caro.
José Jiménez Lozano
domingo, 12 de abril de 2020
viernes, 10 de abril de 2020
jueves, 9 de abril de 2020
miércoles, 8 de abril de 2020
La buena pintura
Retrato de un anciano. Rembrandt
"La buena pintura transmite la impresión de que Dios está en contacto con una opinión sobre el mundo, con una perspectiva, sin que ni el pintor ni quien admira el cuadro tenga la posibilidad de perturbar ese cara a cara. De ahí surge el silencio de la buena pintura".
Simone Weil ( 1909-1943 )
domingo, 5 de abril de 2020
Amar
“Amar siempre se escribe con hache intercalada”.
SEGUNDA INCLINACIÓN
Amar siempre se escribe con hache intercalada.
Debe ponerla en medio, entre la i y la o.
No es bueno complicarse.
Total si son tres días y hemos gastado cinco,
para qué desatar lo imprevisible.
Recuerde, amar, lo mismo que estipendio,
debe escribirse así, con hache.
Y debe dar igual que usted sea peluquera,
cajera o cocinera. Amarse por minutos
no concibe de fraudes, ni siquiera oficios vespertinos.
De día nos pela el alma y de noche la tibia.
Segunda inclinación o misión o concierto.
Tengo las cartas malas. Esta partida sobra.
No dio nunca lo mismo ser letra o alfabeto.
No me conviene hablar, hablar no me conviene.
Aunque debo decir, si es usted quien me escucha,
que amar se escribe siempre con hache intercalada.
Javier Sánchez Menéndez
"Resistiré" (Dúo Dinámico).
Adaptación para piano de Jesús Acebedo
miércoles, 1 de abril de 2020
Biblioteca
El aire es allí diferente,
está erizado todo por una corriente
que no viene de este o aquel texto,
sino que los enlaza a todos
como un círculo mágico.
El silencio es allí diferente.
Todo el amor reunido, todo el miedo reunido,
todo el pensar reunido. Casi toda la muerte,
casi toda la vida y, además, todo el sueño
que pudo despejarse del árbol de la noche.
Y el sonido es allí diferente.
Hay que aprender a oírlo
como se oye una música sin ningún instrumento.
Algo que se desliza entre las hojas,
las imágenes, la escritura y el blanco.
Pero más allá de la memoria y los signos que la imitan,
más allá de los fantasmas y los ángeles que copian la memoria
y desdibujan los contornos del tiempo,
que además carece de dibujo,
la biblioteca es el lugar que espera.
Tal vez sea la espera de todos los hombres,
porque también los hombres son allí diferentes.
O tal vez sea la espera de que todo lo escrito
vuelva nuevamente a escribirse;
pero, de alguna otra forma, en algún otro mundo,
por alguien parecido a los hombres
cuando los hombres ya no existan.
O tal vez sea tan solo la espera
de que todos los libros se abran de repente,
como una metafísica consigna,
para que se haga de golpe la suma de toda la lectura;
ese encuentro mayor que quizá salve al hombre.
Pero, sobre todo, la biblioteca es una espera
que va más allá de letra,
más allá del abismo,
la espera concentrada de acabar con la espera,
de ser más que la espera,
de ser más que los libros,
de ser más que la muerte.
Roberto Juarroz
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