Apágame los ojos: puedo verte,
ciérrame los oídos: puedo escucharte,
y sin pies puedo ir hacia ti,
y aún sin boca puedo implorarte.
Rómpeme los brazos, te tomo
con mi corazón al igual que con mi mano,
detén mi corazón y mi cerebro laterá,
y si echas mi cerebro a las brasas,
te llevaré en la sangre.
Rainer María Rilke
Pasión pura.
ResponderEliminarPrecioso
Esta mañana, me decían en una conversación que el romanticismo no existe.
ResponderEliminarMadre mía, cómo no va a existir. Seríamos máquinas. Quita el romanticismo de la vida y ¡¡¡qué!!! Horroroso.
Un beso, linda.
Qué preciosidad.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Un abrazo
Me alegro de que te guste. Es muy intenso y muy bonito.
ResponderEliminarGracias a ti, querida amiga.
Un beso.