sábado, 31 de octubre de 2015

El agua del estanque








El agua del estanque
se sonríe 
cuando le tiran piedras.

Juan Bonilla






Exquisito vídeo.




jueves, 29 de octubre de 2015

Casta diva







Siempre que hay luna llena
y estoy solo y contemplo con unción cómo el astro
lentamente recorre su camino en el cielo,
vuelvo a una noche de mi adolescencia
que no he olvidado nunca.

Era verano, y, como de costumbre,
estaba yo con mi familia
- mi madre y mis hermanos; ya había muerto mi padre--
en el campo, en la casa que otras veces
he dicho en mis poemas. aquella casa blanca
que alzaron mis mayores en el centro
de una antigua heredad.
                                       Anochecía.
Me encontraba sentado en un sillón de mimbre,
al lado de la puerta de la casa. Cerré
el libro que leía, porque ya no quedaba
luz apenas.

                                       Entonces,
mis ojos se encontraron, de improviso,
con la luna: iba alzándose
-roja y redonda, enorme, misteriosa-
allá, a lo lejos, en el horizonte.
Y yo, sobrecogido, contemplaba
su solemne hermosura.

                                        Poco a poco,
ascendía en el cielo. Y, al elevarse, fue
cambiando de color: pasó del rojo
al amarillo, y, luego, al blanco puro.
La noche se cerró. Titubeantes,
surgieron las estrellas. El tiempo, remansado,
era un silencio lleno
de tierna luz, de intimidad, de dicha.

     Una sirvienta vino
a llamarme: la cena ya esperaba.
Y entré en la casa y me senté a la mesa
con los míos.
                     Más tarde,
tras un rato de alegre charla, llegó la hora
de acostarse, y nos fuimos retirando
a nuestras respectivas alcobas.

                                                  Al entrar
en la que yo ocupaba, observé con sorpresa
que la luz de la luna penetraba a raudales
por la abierta ventana.
                                    Me acosté,
mas no pude dormirme. Daba vueltas
y vueltas en el lecho. Y miraba, hechizado,
la dulce claridad que iluminaba
las sábanas, mi cuerpo, el cuarto todo.

                                                              Al fin,
decidí levantarme.
                               Presté atención: dormían
mi madre y mis hermanos. Podía oírse,
en el silencio, cómo respiraban
con placidez.
                     Despacio, sigiloso,
anduve a tientas en la oscuridad.
Y, al cabo, hallé la puerta
que buscaba. La abrí. Y, furtivamente
abandoné la casa.





                               Estaba el campo
empapado de luz, lleno de aromas
y de sosiego. Sólo se escuchaba
el canto de los grillos, el ladrido
de algún perro lejano. En la quietud nocturna,
todo callaba, toda cosa era
paz y recogimiento.
                                La bóveda celeste
palpitaba. Los astros
no eran mundos distantes: colgaban en racimos
sobre el campo, brillaban
encima de mis ojos, allí mismo, a mi alcance,
como frutos de plata que la noche ofreciera
a mis ingenuas manos.
El plenilunio estaba en su momento
de máximo esplendor. La luna, quieta
en el centro del cielo, me miraba
como mira una madre, con mucho amor, y ungía
con su luz mi inocencia.
Todo mi ser vibraba, entregado al misterio
de aquella noche mágica. Y caminé sin rumbo
por los campos, henchido el pecho
de emoción, de entusiasmo; ebrio mi espíritu
del divino fulgor que me daba la luna.

Yo era en aquel entonces casi un niño,
apenas un muchacho que conservaba intacta
su original pureza.
Mi vida estaba unida a la verdad del mundo
por un hilo secreto.
Y en mi sangre latía la música que mueve
a la gran muchedumbre de los seres creados.

Pasaron en un soplo las horas. Y la luna
se hallaba ya en la parte descendente
del arco que trazaba ella misma en el cielo.
Su luz era más pálida: Y las estrellas iban
poco a poco apagándose.

     Volví en mí de aquel éxtasis, de aquel sueño hermosísimo
que soñara despierto.
                                   Y como quien retorna
de un viaje muy largo y muy dichoso,
con los ojos alegres
y con el alma llena de indecible ventura,
regresé yo a mi casa.





                                    Abrí la puerta
con cuidado. Aún estaban
todos durmiendo. A oscuras, de puntillas,
fui andando hasta mi cuarto.
                                               Me eché sobre la cama.
Por la ventana abierta
empezó a entrar la aurora.Ya cantaban los pájaros.
                               
Eloy Sánchez Rosillo
                             





El referente cultural del título, Casta diva, es un aria de la ópera Norma, de V. Bellini, uno de los logros más populares del bel canto romántico. En el aria, como en el poema de Eloy Sánchez Rosillo, la inalterable belleza de la luna cobra un protagonismo absoluto.








domingo, 25 de octubre de 2015

Momentos

 




 
¿Qué hace?
Nada. Sólo
miro llover
sobre la plaza.
Y se sentó
a su lado.
Y se sumó,
en silencio,
a aquella celebración
de la nostalgia,
a aquella
exuberancia
de la melancolía.

Karmelo Iribarren



 

sábado, 24 de octubre de 2015

La danza española









Intermedio, de la zarzuela La boda de Luis Alonso.
A partir del minuto 2: 00, es espectacular.






jueves, 22 de octubre de 2015

Quiero mirar adelante ...







Todo el pasado se quiere apoderar de mí
y yo me quiero apoderar del futuro,
me dislocan la cabeza para que mire atrás
y yo quiero mirar adelante.
No me asustan la soledad y el silencio,
son los lugares preferidos de Dios
para manifestarse.
Mi eterna gratitud a los que me quieren,
siempre les recordaré a la hora del sol.
No puedo detenerme,
perdonad, tengo prisa,
soy un río de fuerza, si me detengo
moriré ahogada en mi propio remanso.

Gloria Fuertes




miércoles, 21 de octubre de 2015

Aviso para caminantes







En la suma de días indistintos
que la vida da al hombre, acaso hay uno
en que el destino, trágico y hermoso,
pasa por nuestro lado y el azar manifiesta
una insólita luz, un desusado
fulgor inconfundible.
Pero no has de dudar. Ten el coraje,
cuando llegue el momento,
de abandonar las cosas con que siempre
te engañó la costumbre, y sube pronto
a ese carro de fuego.
                                   Poco dura
el milagro.
                 Después, si te negaras
a partir, sólo noche
merecerás. Y nunca, aunque quisieras,
podrás comprar la luz que despreciaste.


Eloy Sánchez Rosillo, de Hilo de oro




domingo, 18 de octubre de 2015

Yo me como tu risa






Con penurias, pero felices.
Ella lo recordaba como un tiempo en el que,
a pesar de estrecheces, le afloraba la risa.
Estando embarazada de mí, una vez -una de tantas-
que lo que había en los platos era bien escaso,
mi padre le arrimó el suyo y le dijo:
"Tienes que alimentarte, yo me como tu risa".


Juan Cobos, El corazón de la tierra






La, la, la, la ...







Una de mis hermanas me llena de música todos los días. Ro (siempre me llama Ro), ¿recuerdas esta?

Sí, mi niñaaaaaaa...

La comparto  porque es preciosa.

¡Un besooooooooo!!!

¡Feliz domingo!





viernes, 16 de octubre de 2015

Así, tal cual



Daniel Gerhartz 


Consciente de que muchos me van a llamar de todo,
desde blandengue hasta carca,
pasando, por supuesto,
por romántico de medio pelo;

sabedor de que corro demasiados riesgos,
de que estas cosas no se dicen así en verso,
sino que se disfrazan,
o se apuntan a lo más;

seguro, en fin,
de que me juego el tipo,
quiero decir el hueco,
la página,
figurar en la lista de no sé qué antólogo futuro,

cojo, voy y lo digo:

Amor mío, te quiero,

Así, tal cual,
consciente,
sabedor,
seguro de que a ti te va a gustar.

Karmelo C. Iribarren




jueves, 15 de octubre de 2015

Música, corazón y poema







Oigo la música
y suena el poema
en mi pecho
antes de que lo escriba.
Danza, late y vuela
en cada nota
de esta sinfonía
que me acompaña
como si fuera
el hermoso corazón
de una bailarina apasionada.
Y yo lo escribo.
Y yo lo beso.
Y yo lo enciendo.
Y ya no hay muros
ni oscuras fronteras
que puedan contenerme.
Ahora soy yo el que suena.
Ahora soy yo el que late y baila.
Ahora soy yo el que es puro fuego.

 TORO SALVAJE




miércoles, 14 de octubre de 2015

Apágame los ojos







Apágame los ojos: puedo verte, 
ciérrame los oídos: puedo escucharte,
y sin pies puedo ir hacia ti,
y aún sin boca puedo implorarte.
Rómpeme los brazos, te tomo
con mi corazón al igual que con mi mano,
detén mi corazón y mi cerebro laterá,
y si echas mi cerebro a las brasas,
te llevaré en la sangre.

Rainer María Rilke










martes, 13 de octubre de 2015

No volveremos a vagar




Guido Marussig


Así es, no volveremos a vagar 
tan tarde en la noche, 
aunque el corazón siga amando
y la luna conserve el mismo brillo.

Pues así como la espada gasta su vaina,
y el alma consume el pecho, 
asimismo el corazón debe detenerse a respirar,
e incluso el amor debe descansar.

Aunque la noche fue hecha para amar, 
y los días vuelven demasiado pronto, 
Aún así no volveremos a vagar 
a la luz de la luna.

Lord Byron






domingo, 11 de octubre de 2015

Suspiros de España

 


Plaza del Grano. León. (Fotografía A. Bravo)

 
 
 
Quiso Dios, con su poder
  fundir cuatro rayitos de sol 
y hacer con ellos una mujer.
 
  Y al cumplir su voluntad 
en un jardín de España nací
  como la flor en el rosal. 
 
Tierra gloriosa de mi querer 
tierra bendita de perfume y pasión
  España en toda flor a tus pies
  suspira un corazón.
 
  Ay de mi pena mortal
  por qué me alejo España de ti
  por qué me arrancan de mi rosal. 
 
Quiero yo volver a ser 
la luz de aquel rayito de sol
  hecho mujer
  por voluntad de Dios.
 
  Ay, madre mía
  ay, quién pudiera 
ser luz del día 
y al rayar la amanecida 
sobre España renacer. 
 
Mis pensamientos 
han revestido
  el firmamento
  de besos míos 
y sobre España 
como gotas de rocío
  los dejo caer. 
 
En mi corazón
  España te miro
  y el eco llevará de mi canción 
a España en un suspiro.
 
 
 
 
¡Feliz día de la Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad!
 
 
 
 
 
 

sábado, 10 de octubre de 2015

Sous le ciel de Paris


 
 
 


 



 
 
 

viernes, 9 de octubre de 2015

Tortilla de patatas







Una tortilla al estilo de mi abuela y de mi madre, con pequeños trucos para que resulte muy jugosa y esponjosa. Se puede tomar perfectamente igual al día siguiente. Deliciosa.

Ingredientes

5 patatas medianas, 8 huevos, aceite de oliva virgen, sal. Generalmente se deben utilizar dos huevos por patata, si tienen un tamaño mayor.
Se puede añadir cebolla, según el gusto.

Preparación

Se parten las patatas en rodajas finas. Previamente, calentamos aceite en una sartén en cantidad suficiente para cubrir las patatas. Si lo deseamos, podemos añadir cebolla picada. Se dejan freír lentamente.
Cuando están blandas las patatas, salamos al gusto y las partimos con un tenedor (muy importante este detalle, no se machacan, solo se parten). Dejamos que se doren ligeramente.
Batimos los huevos en un bol (otro detalle muy importante, se baten un poquito).
Retiramos las patatas del fuego y les quitamos el aceite. Se mezclan con los huevos (han de mezclarse bien, durante 5 minutos). Con estos detalles la tortilla nos quedará muy jugosa

Se añade un poco de aceite a la sartén para evitar que se pegue (puede ocurrir a veces) y, cuando se caliente, se añade la mezcla. Se mueve la sartén para que la tortilla no se pegue, y se deja 3 minutos, aproximadamente.
Se da la vuelta a la tortilla. Comprobamos con una varilla de cocina cómo está de cuajada y, cuando esté ligeramente dorada, se puede emplatar. 

Podemos acompañarla con una ensalada (de berros o de lechuga y tomate) o simplemente con rodajas de tomate finas.

Exquisita.

 


 

 

 
 

sábado, 3 de octubre de 2015

Eso es y no más




«Yo os digo: Pedid y se os dará;
 buscad y hallaréis;
 llamad y se os abrirá»
 (Lc 11,9).





La oración es un verdadero descanso.

San Francisco de Asís


Lo que es el hombre delante de Dios, eso es, y no más.

San Francisco de Asís.


Feliz día de san Francisco de Asís.
Paz y Bien.
 
 
 
 

 
 
 
Qué gran dulzura ver cómo renace
Humildemente el amor en mí.
Qué gran dulzura ver que no estoy solo,
que formo parte de una inmensa vida
que resplandece a mi alrededor,
regalo suyo, de su inmenso amor.

Nos da el cielo, las claras estrellas,
el Sol hermano y la hermana Luna,
la madre Tierra con frutos, prados, flores,
el fuego, el viento, aire y agua pura,
fuente de vida de sus criaturas.
Regalo suyo, de su inmenso amor.
Regalo suyo, de su inmenso amor.

 
San Francisco de Asís, Dulce sentir
 


 
 

viernes, 2 de octubre de 2015

¡Vaya!

 




Dios mío, qué ganas de escribir un pequeño poema… 
¡Mira, mira!, ahora mismo va pasando uno.
Pss pss pss
ven para acá para que yo te incluya
en el archivo con mis otros poemas
ven acá para que te entube
en los comprimidos de mis obras completas
ven acá para que te empoete
para que te enrime
para que te enritme
para que te lirifique
para que te enverse
para que te emprose
para que te agarre
ven acá…
¡Vaya!
.............Se me escapó.

Raimon  Quenau




 


 
 
 
 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...