A mi hija Koky
Es cierto:
Caen rosas,
rosas sobre mí, aunque no tienen
rosales los balcones.
Y en la calle
no queda ningún árbol, pero entran
ramas verdes por mi ventana y pájaros cantando.
Y estoy aquí, bajo mi techo,
cuando llega la lluvia y me lame.
Y en las sombras
de una noche cualquiera
viene el sol y me toca.
Tú sabes que no miento.
Alejandro Fernández Cotta, de Campamento de invierno
que placer haber entrado a tu blog
ResponderEliminarGracias, Recomenzar, muy amable.
ResponderEliminarMe alegra que te guste.
Un beso.
Tiene un corazón mágico.
ResponderEliminarBesos.
Preciosísimo. Gracias
ResponderEliminarSí, es una maravilla de poema, en todos los sentidos.
ResponderEliminar"...cuando llega la lluvia y me lame...", nunca lo había pensado así.
¡Un beso, Toro! Hoy te gustó el poema ¿eh?
Lo enmarcas.
ResponderEliminar¡Gracias a ti, Maite!
¡Un beso!
No, no miente.
ResponderEliminarBs.
También lo creo :))
ResponderEliminarUn beso, linda.